México es conocido por sus paradisiacas playas, zonas arqueológicas y singulares tradiciones, pero sobretodo, por la riqueza culinaria que existe, es tan importante que recientemente fue nombrada Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad.

 Hagamos un viaje en el tiempo, exploremos de dónde vienen nuestros sabores, aromas, cómo se preparaban algunos de nuestros únicos y valiosos platillos.

El Maíz; pilar de nuestra gastronomía, se cultivaba en tierra azteca mucho antes de que cualquier europeo tuviera nociones del continente. 

Tiene un significado sagrado en nuestra cultura y está presente en cada momento de nuestra alimentación.

El jitomate, aguacate, chocolate, cacahuate, chayote, epazote, entre otros, se han vuelto imprescindibles en toda cultura gastronómica y cada nación le ha dado su toque particular, pero lo cierto es que la comida prehispánica y mesoamericana es el origen de todo.

Los primeros nativos de México no tenían hornos, en lugar de ello calentaban la comida sobre fuego, usando sartenes de hierro y de cerámica.

El metate y el molcajete eran parte importante de la cocina, hechos de piedra volcánica, se utilizaban para moler. El molcajete era más pequeño y se utilizaba como mortero para moler y machacar ingredientes. Entre sus variantes de materiales (del molcajete) se encuentran: piedra, madera y mármol.

Tristemente, en la década de 1970, la cocina mexicana sufrió un abandono por muchos años y se pensaba que no debía llegar a las grandes mesas. Hoy, con el fin de rescatar nuestras tradiciones, los mexicanos buscamos revivir y potencializar la cocina mexicana prehispánica al mismo tiempo que la fusionamos con la cocina mexicana contemporánea, dando como resultado productos y sabores mágicos.